Encuentro

Era la semana de luna llena y a pesar de saber la influencia y correlación de este satélite con el cuerpo y las mareas no estaba preparada para la inundación de emociones que me provocó dicho encuentro.

Dicen que la confesión es una catarsis pero yo no tengo pecado que confesar, lo que intento es entenderme.

A pesar de estar rodeada de gente me encontraba sola en ese lugar, estaba tan llena de mi y tan vacía de mi.

El saber que los sentidos son la ventana de la percepción nunca hizo tanto sentido hasta que mis ojos decidieron posarse en ti solo para ver si me mirabas.

Uno nunca se cansa del espectáculo de la vida, de la coincidencias y de los encuentros no planeados. El destino es azar lo demás es sortilegio intemporal.

Te habías fijado en mí. Sabía que no iba hablar pero en ese momento me bastaba con admirarte à la distance.

Me encontré buscándote y sigo sin saber el porqué pero no podía escapar de esa adrenalina típica de un adolescente y de lo que se conoce como coup de foudre.

Ahora sé que aquel encuentro pudo reducirse a una mirada sin rastro, sin rostro. Fui yo quien fabricó el escenario. Fui yo quien insistió en tu imagen como si hubiera sido una aparición divina.

Los recuerdos son como los sueños, en parte reales, en parte sugeridos, en parte inventados y siempre elaborados.

Recordar es lanzarse a la aventura de las sorpresas y de la imaginación. Nunca nos ofrece la memoria el mismo suceso del mismo modo.

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