Éramos todo menos el cielo,
y todo menos el infierno.
¿No es así, amor?
¿El sabor agridulce de fingir indiferencia?
¿La perdida del tiempo que bien pudimos haber extendido y crear así nuestro propio para siempre?
¿El silencio que una vez fue cómodo y se volvió dolorosamente vacío?
¿El calor que generaba tu cuerpo contra el mío cuando me abrazabas y que desapareció gradualmente?
Oh amor, pero ¿acaso no éramos algo tan autentica y horriblemente genuino?
