Estar ahí, sentada junto a él después de un par de semanas de no vernos fue el sentimiento más raro. Creo que tuvo que ver con el hecho de que no esperaba ese encuentro para nada, al menos no esa noche, no estaba preparada para verle, hablarle. Sabía que tenía que decir algo pero tuve problemas en encontrar las palabras.

Creí que cuando le volviese a ver iría corriendo a sus brazos, al fin y al cabo eso es lo que me repetía a mi misma todos los días, para mi sorpresa no fue así.

Estar sentada junto a él se sentía extraño, se sentía tan ajeno a lo que una vez fue tan familiar, no podía verle por más de un par de segundos sin sentir que algo en mi se rompía y escuchar su voz no fue tan reparador como esperaba.

No sabía muy bien que estaba sintiendo por que parecía que todo y nada estaba pasando al mismo tiempo.

No sabía muy bien que estaba sintiendo pero no era amor, era más como una vaga sensación y recuerdos del ayer, una vaga idea de lo que creíamos que era amar a alguien.

Estaba extrañando a un extraño.